En el
ámbito laboral se admira a las personas que son capaces de afrontar con éxito
las adversidades manteniendo siempre buen ánimo y hasta buen humor. Sin
embargo, muchas veces lograr esta combinación se convierte en una hazaña que
esta reservado solo para unos cuantos.
Sabiendo
que eso es lo que se espera de ellos, muchas personas desarrollan una carrera
de actuación que bien los podría llevar a ganar una estatuilla. Se convierte en
expertos en el arte de la simulación, la represión y la apariencia. Deja de
lado los verdaderos sentimientos para poder ajustarse a la expectativa
planteada y así alcanzar sus objetivos.
Pretender
entonces se a convertido para muchos en lo "correcto" dejando el
"SER" relegado en una esquina de quienes son. Y este hecho tarde o
temprano termina pasándoles factura. No es extraño encontrar a personas
"muy exitosas" y "muy insatisfechas" por no decir
infelices.
Aprender
a superar las adversidades manteniendo siempre el buen animo y el buen humor no
es una meta inalcanzable, todo lo contrario esta debería de alguna manera ser
una meta de cualquier persona que aspire a ser exitosa y feliz. Hacerla
realidad no debería ser el resultado de relegar quienes somos al olvido, sino
todo lo contrario. Esto implicaría reconocernos honestamente y trabajar con
nosotros para ser capaces de Sentir, Entender y Responder de manera efectiva y
equilibrada a cada situación que se nos presente.
SER no
es una tarea instantánea, que podemos incluir en una lista de verificación y
marca como lista porque logramos aparentar delante de los demás. SER es más
bien una tarea de toda la vida que se va perfeccionando cada día y que nos hace
más reales, auténticos y merecedores.
Si
continuamos siendo participes de fomentar el éxito a toda costa, es probable que
estemos contribuyen a nuestra propia infelicidad y autodestrucción. Es posible
SER, para todos hay espacio y oportunidades.
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